


Litigar con perspectiva de género implica una práctica jurídica comprometida con los derechos humanos, la igualdad y la justicia social. Es una invitación a pensar, cuestionar y transformar nuestras formas de interpretar y aplicar el derecho. Esta propuesta se enriquece con la experiencia de una abogada litigante, docente, funcionaria y mujer, que desde el cruce entre lo teórico y lo práctico impulsa la perspectiva de género como una herramienta metodológica indispensable para visibilizar y desmontar las desigualdades estructurales.
Incorporar esta mirada implica identificar y desarticular los estereotipos que persisten en nuestras instituciones y relaciones sociales, valorar el análisis contextual de cada caso concreto, e integrar saberes interdisciplinarios que aporten nuevas narrativas jurídicas. También significa adoptar un lenguaje accesible, inclusivo, no sexista, que respete la dignidad de todas las personas.
La generación de espacios de formación, reflexión y diálogo colectivo es fundamental para construir conciencia crítica, reconocer realidades diversas y evidenciar patrones sistemáticos de discriminación. A su vez, promueve la diligencia debida reforzada, desde la investigación hasta la resolución final de cada causa, garantizando respuestas estatales efectivas.
Litigar con enfoque de género no solo transforma el ejercicio profesional, sino que también exige un compromiso ético: acompañar a las mujeres y diversidades en los procesos judiciales, equilibrar las exigencias institucionales con las necesidades personales, y sostener un rol activo en la defensa de los derechos y la eliminación de todo tipo de violencias